No es fácil emigrar a un país en el que tantas cosas son distintas, desde el idioma hasta la cultura misma. Y muchos de quienes llegan a Alemania no cuentan con nadie que los espere, los acoja y los guíe a través de todos los caminos burocráticos necesarios para establecerse en el país de manera legal. A nuestra comunidad llegan continuamente estas personas, no solo buscando la posibilidad de celebrar la fe y los sacramentos en la lengua materna, sino también esperando obtener algún tipo de asesoría. Estas personas encuentran apoyo en el equipo de servicio social.