El Señor Jesús es la persona ideal para guiarnos a lo largo del camino de la vida; después de todo, Él es el Camino (Jn 14, 6a). Y hay momentos en nuestra historia personal -sobre todo cuando aún somos jóvenes- en los que nos surgen muchas preguntas en este sentido. De eso se trató esta jornada: de caminar juntos, en comunidad y junto a Jesús, en búsqueda de las respuestas. No había un mejor momento que durante el tiempo de cuaresma, en el que una vez más fuimos llamados a emprender un camino de regreso al Padre.
Durante la ruta estuvimos contemplando a las personas que caminan con nosotros (familia, amigos, pareja, colegas, ets), y a las personas junto a quienes nosotros caminamos. Esta contemplación arrojó mucha luz sobre nuestras oscuridades. Damos gracias a Dios por todo cuanto al final de la jornada nos resultó mucho más claro, y por todas las veces en que nos salió al encuentro durante el camino. ¡Bendito sea Él, que con tanto amor nos acompaña paso a paso en nuestro camino personal!