Con gran alegría pudimos celebrar esta misa con un toque diferente, propio de Andalucía, en honor a nuestra Madre, la Virgen María, bajo la advocación de la Virgen del Rocío. Ha sido un regalo para Jesús y su santa Madre, y también para cada migrante que sabe valorar la gracia de abrir una pequeña ventana a las tradiciones de su propia tierra.